sábado, 25 de abril de 2009

Antonio Vivaldi

PERFIL BIOGRÁFICO

Se ha dudado durante muchos años la fecha exacta de nacimiento de Antonio Vivaldi, en fecha relativamente reciente ha sido hallada el acta de bautismo del veneciano, gracias a los esfuerzos del británico Eric Paul. Este documento, fechado en Venecia el 6 de Mayo de 1678, fija como día de nacimiento de Vivaldi el 4 de Marzo de ese mismo año.

Según Paul, la familia de Vivaldi era originaria de Brescia y el nombre de la misma es mencionado a partir del Siglo XII. El acta de bautismo nos dice que la madre de Antonio Lucio Vivaldi se llamaba Camilla Gallicchio y su padre Giovanni Battista Vivaldi (consumado violinista que gozaba de gran reputación como virtuoso en la Venecia de entonces). De él recibió Antonio sus primeras lecciones musicales.

Antonio fue el mayor de siete hermanos, cuatro varones y tres mujeres: Margarita, Cecilia, Zanetta, Francisco, Iseppo y Bonaventura. El apodo de “Il prete rosso” le viene a Vivaldi del color de su pelo, característica propia de toda su familia, que era conocida por Rossi en Venecia.

El mismo padre Giovanni Battista, es citado varias veces en los documentos de la capilla ducal como Rossi.

Según la Storia della musica sacra nella già capella ducale di San Marco, Antonio Vivaldi completó sus estudios musicales con el maestro de capilla Giovanni Legrenzi. Es dudosa la influencia que Legrenzi pudo tener sobre Vivaldi, dado que aquél murió en 1690, cuando Antonio contaba con 12 años de edad.

Vivaldi recibió las primeras órdenes menores en 1693 en la Iglesia de San Geminiano, concretamente el 18 de Setiembre. Fue tonsurado ese mismo año en San Giovanni in Oleo, y en Abril de 1699 fue promovido al subdiaconado. En Septiembre de 1700 era ya diácono y finalmente, el 23 de Marzo de 1703, fue ordenado sacerdote. En Septiembre de ese mismo año inició sus fructíferas relaciones artísticas con el Conservatorio del Ospedale della Pietà, - institución con la que estará en contacto más o menos regular por un espacio de 36 años- que tenía bajo su cargo niñas huérfanas o abandonadas; unas recibían una educación general y otras exclusivamente musical.

La primera mención que se hace de Vivaldi en los documentos del Ospedale proviene de 1704 y es citado “por sus servicios”. Al año siguiente se le nombra “Maestro di violino”.
En 1705 figura como Maestro de Composición e Interpretación, con una remuneración anual de 150 ducados. Este mismo año, publica su primera colección: Unas sonatas dedicadas al Conde Annibale Gambara. El Opus II (doce sonatas para violín y clave) apareció cuatro años después en 1709.

Su cargo en la Pietà fue renovado en 1706, pero tres años más tarde se vio precisado a abandonar el puesto. Sin embargo, el 1711 es renovado en su anterior ocupación como “Maestro di violino”, y ese mismo año da a conocer su Opus III; L’estro armónico, la más importante colección de conciertos del siglo. La repercusión de esta obra fue inmensa en toda Europa, como lo demuestra el hecho de que Bach realizara distintas transcripciones de ella.

Dentro del Ospedale, Vivaldi desarrolla una intensa labor que le lleva a convertirse en la figura capital de la música veneciana, desplazando en el prestigio popular a Benedetto Marcello y Baldassare Galuppi. Aún más, a partir de 1713, Vivaldi tienta con fortuna el mundo del teatro al hacerse primero socio y luego único empresario del Teatro Sant’Angelo. Paralelamente, el Maestro di Capella del Ospedale, Francesco Gasparini abandonó el cargo, Scarpari ocupó su lugar, pero a partir de entonces fué en Vivaldi en quién recayó la responsabilidad real del cargo y es precisamente en esa época en que compone sus principales obras vocales sacras, y al concederle la Pietà permiso para “ejercitar su destreza”, se representan sus primeras óperas, como Orlando Finto Pazzo o Nerone Fatto Cesare.

Un año después publica su Opus IV: La Stravaganza. Su éxito como compositor operístico consiguió que Vivaldi fuera el encargado de componer la ópera del Tradicional Carnaval.

En 1716 recibe la visita de Pisendel, miembro de un grupo de músicos de élite, enviados desde Sajonia para estudiar el estilo italiano; además de ser grandes amigos, Vivaldi se convierte en su Maestro. A su retorno Pisendel llevó con él una gran cantidad de conciertos y de obras vocales, que dieron a conocer al “Cura de cabello rojo” por toda Europa.

Entre 1718 a 1722 Vivaldi presta sus servicios al Príncipe Felipe de Hesse-Darmstadt, en Mantua, donde compone la mayoría de sus cantatas, ocupando el cargo de Maestro di Capella e di Camera. Entre 1720 y 1723 Vivaldi se dedica plenamente a la ópera escribiendo entre otras: la Candace o Siano li veri amici, Ercole sul termodonte, Filipo Rè di Macedonia, Gli inganni per vendetta, La Silvia, y la Veritá in cimento.

Fue en 1723 cuando retorna al Ospedale, y en Diciembre del mismo año se publica el Opus VIII. Il cimento dell’armonia e dell’invenzione, que contiene las famosas Le Quattro Stagioni, estas cuentan con un soneto descriptivo de la obra, lo que las hace valedoras del “título” de primera composición programática. Durante 1727, 1728 y 1729, Vivaldi alcanza su máximo éxito en el mundo de la ópera.

Aproximadamente en 1729, compone para el monarca francés Luis XV las más importantes de sus serenatas: La Sena Festeggiante. Más o menos en la misma época entrega al emperador de Austria Carlos VI su Opus IX: La Cetra. Poco después publica su siguiente Opus, seis conciertos para flauta y orquesta.

En 1730 y 1731 Vivaldi se establece en Praga, donde compone varias óperas, y dos sonatas para laúd, dos violines y bajo, encargo personal del Conde Johann Joseph Von Wrtby. En 1733 ya se encontraba de vuelta en Venecia, componiendo las óperas Motezuma, L’Olimpiade, L’Adelaide y Bajazet.

En 1735 vuelve a aparecer el nombre de Vivaldi en los archivos de la Pietà, confirmando ahora en su puesto de Maestro di Concerti. Solo un incidente turbó la paz de Vivaldi en los últimos años pasados en Venecia: La acusación promovida en Ferrara en 1737 de que siendo sacerdote “Nunca ha dicho misa”. Sin embargo este breve escándalo no parece que tuviera consecuencias en la carrera del maestro veneciano, que es descrito ese mismo año en los anales de la Pietà como persona de “Costumbres ejemplares”. Fuesen ciertos o no, hay que imaginarse los rumores que despertaría a su paso este sacerdote que rehusaba decir misa por motivos de salud y que iba acompañado de cinco o seis doncellas para que le asistieran. Siempre sin tocar para nada los aspectos personales de la moral o la religiosidad de Vivaldi, Marc Pincherle ha señalado con extremo acierto y agudeza que en el caso del Prete Rosso, el hecho de ser clérigo era más una cuestión de oportunismo que de vocación.

En 1740 Vivaldi abandonó la ciudad de los canales, dejó su puesto privilegiado en el Ospedale della Pietà y se instaló en Viena al año siguiente, donde murió el 28 de Julio de 1741. Su óbito se produjo en medio de un olvido y una pobreza totales, en casa de la familia Satler.
La salida de Vivaldi de Venecia y su muerte en Viena quedan así rodeadas de un cierto misterio, difícilmente esclarecible, aunque pudo haber existido una causa de orden personal que impulsara al músico a tomar la decisión de expatriarse.

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