lunes, 27 de abril de 2009

La guitarra y el Laúd


EVOLUCIÓN DE LA GUITARRA A TRAVÉS DE LA HISTORIA

I.- LOS ORÍGENES

Se halla muy difundida la idea de que la guitarra es un instrumento de reciente invención, pero la realidad es distinta: en efecto, la organología, que es la ciencia que estudia los instrumentos musicales y su evolución, ha demostrado ampliamente que contrariamente a lo que se cree, los orígenes de la guitarra son antiquísimos, sin duda más antiguos incluso que los del laúd.

Se habla de la XI y XII dinastía de los faraones egipcios de Tebas (2070-1778 a.c), dado que la iconografía de un bajo relieve de las tumbas de dichos faraones representa algunos instrumentos con la caja armónica convexa, y por tanto con características afines a las del laúd, y otros, en cambio, se caracterizan por un mástil más largo y una caja con fondo plano y perfil en forma de ocho.

En otro bajo relieve, aproximadamente un milenio más reciente hallado en Capadocia, en Euyuc (Asia menor) se da un segundo testimonio de instrumentos similares.

Entre los años 800 y 1000 a.c, se empleaba en Egipto un instrumento de cuerda que poseía la mayor parte de las características de nuestra guitarra moderna y en el que no es permitido ver al precursor de este instrumento (cuerpo oval, costados curvos hendidos hacia el interior, tapas anterior y posterior planas y unidas por una tablilla recta, abertura redonda en la superficie anterior, mástil recto provisto de trastes).

De mano de los egipcios, estos instrumentos pasaron a los indios (Vina) y a los asirios (Sumerer) y se difundieron por el extremo oriente y por la fenicia. 2000 años antes de Cristo los hititas que residían en el Asia Menor conocieron el Kinnor. Por la misma época los egipcios utilizaban el nebel y la nabla.

Según Pitágoras, en las regiones del Asia Menor se tañía la pandura, instrumento de mango con tres cuerdas. Los persas la conocieron bajo el nombre de sambleca y los árabes bajo la denominación de sambiud.

Se supone que estos instrumentos por medio de los egipcios y los persas, fueron transmitidos a los árabes, quienes a su vez los introdujeron en Europa.

El instrumento característico de la música islámica árabe, fue el ud, o más exactamente al-ud. Este nombre originó los vocablos laúd en español, luth en francés, liuto en italiano, lute en inglés, laute en alemán, etc. Se afinaba por cuartas: la - re – sol - do - fa, y pisando las cuerdas en el mástil sin trastes, se obtenían las doce notas de la escala cromática.

Los griegos al erigirse como una de las culturas más desarrolladas de la antigüedad transmitieron a la humanidad su ciencia, al mismo tiempo que sus doctrinas filosóficas y estéticas. Sus mitos y su cultura se difundieron por el mar Mediterráneo hasta el Oriente Medio, África y Europa.

Como consecuencia de la influencia cultural griega, el vocablo greco-asirio kithara, latinizado, ha producido: guitarra en español, guitare en francés, guitar en inglés, gitarre en alemán, chitarra en italiano, gitara en ruso, gitaar en flamenco.

Existe una segunda hipótesis que considera el origen del guitarra estrechamente vinculado al de la vihuela de mano. Este es un instrumento muy similar a la guitarra que tuvo gran difusión en España durante los siglos XVI y XVII; según ésta hipótesis los orígenes de la guitarra fueron europeos, y de ello daría testimonio la presencia de la cítara en las miniaturas del Salterio Carulingio de Utrecht del año 860 .

La cítara,a su vez derivaría de la fidícula romana. San Isidoro de Sevilla cita la palabra fidícula (pequeña lira, en latín) como denominación de la cítara. Los ejércitos romanos la llamaban “vitula” o “vigola”. De aquí provienen las expresiones: viole, violáo (nombre de la guitarra en portugués), violón, entre otros.

El término fidícula por sucesiva derivación se habría transformado en citola, vigola, viguela y finalmente en vihuela.

Entre los instrumentos importados a Europa por los árabes se incluyó, además del laúd, la kuitra, que en España se llamó guitarra morisca. Esta que tenía el fondo curvo e iba armada con cuerdas metálicas, convivió durante mucho tiempo (hasta el siglo XIV) con la guitarra latina, un instrumento de fondo plano y con cuerdas de tripa derivado de la fidícula. A partir de la primera, se desarrollaría la tradición musical popular, a partir de la segunda, capaz de producir matices sonoros más refinados, la culta.

En resumen:
El laúd es un instrumento de origen arábico-asiático con un nombre árabe.
La vihuela es un instrumento de origen arábigo-asiático con un nombre romano.
La guitarra es un instrumento de origen arábigo-asiático con un nombre greco-romano.


II.- LA EDAD MEDIA


La música propia de las naciones conquistadoras ejerció decisiva influencia en los países sometidos, tanto por las cualidades intrínsecas de la misma como por su implantación imperativa.

Así, fue primordial la herencia de la música árabe en España a pesar de la influencia greco-romana y por encima de la música bizantina, y la reforma del canto gregoriano.

Por el contrario, en los otros países de Europa, no obstante una influencia árabe más o menos grande, es la música greco-oriental la que predomina.

Del choque de estas dos tendencias ha brotado la música europea, merced a la pluma de los trovadores y menestrales.

Los monasterios y los conventos, centros de piedad y cultura, colaboraron eficazmente en la difusión del arte musical.

Los primeros menestrales cantaban sus melodías sobre un fondo armónico más o menos simple ejecutado en su viola de rota o en su laúd, variando la interpretación según que el cometido fuese divertir a su señor, cantar el amor a su dama o arengar a los soldados .Los juglares se dirigían al pueblo, bien fuera para divertirlo, o conmoverlo con penas de amor o cautiverio. Ellos fueron, de ésta manera, los principales propagadores de la música profana en la edad media.

A medida que la ciencia musical se va desarrollando, la canción monódica cede paso al “discante” o música polifónica a dos voces. Su precursor fue el inglés Johannes Cottonius, hacia el año 1100. Este avance incitó a los vihuelistas, laudistas, organistas y arpistas a intentar crear imitaciones y frases a solo, en forma monódica o polifónica, hasta que, independizándose de los cantores, llegaron a crear los primeros atisbos de la música puramente instrumental.

El uso de los dedos de la mano derecha en la ejecución de estos instrumentos de cuerda, permite la polifonía, así de la mano del “discante”, se desarrollo el contrapunto polifónico.

La Edad Media, por virtud de sus menestrales, juglares, danzantes, cantores e instrumentistas, ha preparado la floración de la música del siglo XVI en todos los países de Europa.


III.- EL RENACIMIENTO


A partir del siglo XV se abandona la forma “hoja de acebo” en las guitarras. Las “guitarras” y las “violas de arco” en forma de “8” desarrollan considerablemente un rasgo común en su línea general. En la primera mitad del siglo XV “guitarras” y “violas de brazo”suelen ser de forma alargada y estrecha. El instrumento ya empieza a tener un buen tamaño hacia 1500. La guitarra o vihuela que toca el poeta Achillini mide bien 100 cm. de largo, posee varias cuerdas, 10 clavijas y 11 trastes.

La influencia de la “viola de arco” en los siglos XIV y XV parece que determinó a los “luthiers” de guitarras a practicar dos fuertes escotaduras en los aros que también se observan en España antes de 1500 y en Japón, al final del siglo XVI.

Hay que notar que la vihuela común con seis cuerdas dobles se conocía bajo el nombre de “viola da mano”en Italia, y de “demi-luth” en Francia. Durante ésta época la guitarra tenía cuatro cuerdas.





Julian Bream interpreta Fantasia #14 de Alonso de Mudarra en guitarra barroca



IV.- SIGLO XVI

Hacia el año 1500 encontramos en Italia vihuelas grandes o guitarras, cuyas proporciones son asombrosamente modernas. Considerando los estrechos contactos entre Italia y España durante éste período, se puede pensar que los instrumentos de gran tamaño de esta especie también se utilizarían en la península ibérica. No obstante, al igual que el laúd, una familia de instrumentos existía.

Después del año 1500, la forma de las vihuelas se establece en España al igual que la de su hermana gemela, la guitarra. Organológicamente, no se pueden separar estos dos instrumentos: Cuando se tañe con seis coros una música compleja, erudita, es una “vihuela”; cuando se toca el mismo instrumento provisto de 4 o 5 coros, es una “guitarra” con una música más sencilla . Miguel de Fuenllana en 1554 y Juan Bermudo en 1555, compositores y musicógrafos, citan en este campo “vihuelas de 4 y 5 coros” que llaman “guitarras”; el término bien parece intercambiable.

En esta época, a mediados del siglo XVI, ésta guitarra de cuatro coros, triunfa en Francia; la edición entre 1552 y 1555 de unos nueve libros de piezas para este instrumento y un breve método lo atestiguan claramente.
Al ocupar la guitarra durante los primeros decenios un lugar conveniente, suscitó bruscamente hacia 1540, una gran pasión que se propagó en casi toda Europa.
Los principales países en que se cultivó el arte de la guitarra fueron tres: España, Italia y Francia. En España destacaron Alonso de Mudarra y Miguel de Fuenllana, autores de numerosas antologías, de composiciones para vihuela, dentro de las cuales aparecen piezas para guitarra.

En cuanto a Italia, los dos compositores más importantes son Molchiorre de Barberiis y Alberto da Ripa, que en 1528 se trasladó a Francia a las cortes de Francisco I y Enrique II.
Francia debe considerarse como el principal centro de apogeo de la guitarra renacentista, ya que fue el único país donde se publicaron antologías dedicadas exclusivamente para este instrumento.
El principal compositor francés es Adrián Le Roy, quizás el autor del siglo XVI más interpretado en la guitarra.
Las formas musicales más cultivadas fueron la fantasía, (una composición de forma libre), diversas danzas, entre ellas la pavana, el branle, la gagliarda y numerosas adaptaciones de piezas vocales.

A principios del siglo XVI, los conquistadores llevaron con ellos a las Américas, sus vihuelas y sus guitarras. La familia de la guitarra ha sido más numerosa en América Latina que en Europa.
El “cuatro” que es un eco descendiente de la guitarra renacentista europea de 4 cuerdas, se suele tocar rasgueado, para llevar el ritmo, pero ciertos músicos como Freddy Reyna (Venezuela) hacen solos, hábilmente compuestos, de rasgueo y punteo, que dan una buena idea de las posibilidades que se pueden obtener con este instrumento.

A finales del siglo XVI, el uso de la vihuela y su culto repertorio desaparecerán, pero sigue la práctica popular en la “guitarra de cuatro coros”, acompañando simplemente al canto y al final del siglo, esta manera de tañer al estilo rasgueado con un nuevo temple de 5 coros, destrona a la noble vihuela.


V.- LA ÉPOCA BARROCA




La guitarra renacentista con cuatro órdenes de cuerdas experimentó una primera transformación, inicialmente en España, donde apenas había sido considerada hacia finales del siglo XVI.

Siguiendo el ejemplo del laúd, que ampliaba su extensión hacia el registro grave, también la guitarra añadió un quinto orden de cuerdas. Este es el tipo de instrumento que se usará en toda Europa hasta finales del siglo XVIII con el nombre de guitarra española.

El quinto orden de cuerdas acarreó también modificaciones en el aspecto exterior del instrumento, ya relativamente cercano al actual. La caja armónica se hizo más voluminosa y su elaboración más refinada, sobre todo en la decoración.

El orificio practicado en la tabla armónica adquirió a menudo la elegante forma de una rosa, como en el laúd, o también en la guitarra batiente, la de un embudo trabajado en pergamino que entra en la caja. El fondo era generalmente plano, salvo en el caso de la guitarra batiente con fondo abovedado.

En el repertorio musical de esta época, hallamos dos tipos de composiciones: las que adoptan el estilo de composición utilizado para el laúd (estilo punteado) y otras en las que abandonado el uso de pulsar las cuerdas aisladas, prevalecen las baterías rítmicas de acordes llamados golpes. En este caso las cuerdas se tocan juntas, tal como se hace hoy en la llamada guitarra de acompañamiento (estilo rasgueado). En efecto, aquí tiene su origen la separación de instrumentos vinculados a la tradición de la música culta por un lado y de la popular por el otro .Para la primera, correspondiente al estilo del laúd, por requerir sonoridades más delicadas y refinadas, se empleó el modelo de fondo plano , con cuerdas de tripa. Para la otra, caracterizada por la necesidad de mayor volumen sonoro y un sentido rítmico más acentuado, se empleó en cambio, el modelo de fondo convexo, dotado de cuerdas metálicas.
En el período barroco creció considerablemente el interés por nuestro instrumento, tocado cada vez por un grupo más numeroso de aficionados, lo que demuestra la presencia en los primeros años del siglo XVII de un número increíble de libretos que contenían el primer repertorio del guitarrista.

Las principales zonas en que cobró auge la guitarra, fueron una vez más España, Italia y Francia, en particular París, debido al notable interés demostrado por el rey Luis XIV, se convirtió en un centro de atención muy importante en el que se establecieron numerosos músicos, tales como el italiano Francesco Corbetta y el francés Robert de Visée.

En Italia, además de Corbetta, que vivió allí durante los primeros años de su carrera, se distinguió Ludovico Roncalli, mientras que en España destacaron Gaspar Sanz y Santiago de Murcia.

Las formas más cultivadas fueron las danzas, que en este período fueron recogidas en una tipo único de composición llamada “Suite”, formada por 4 o 5 piezas.


VI.- EL CLASICISMO

Hacia mediados del siglo XVIII, el afinamiento sufrió una última transformación que sería la definitiva: se añadió una sexta cuerda y se eliminaron las duplicaciones. De ello se derivó una disminución de la sonoridad, que no obstante fue compensada por el aumento de las dimensiones de la caja de resonancia y con la compleja abertura del orificio central en la tabla armónica.

Esta nueva versión del instrumento, puede describirse así: la caja de resonancia tiene el aspecto de un ocho; el contorno del orificio de la tabla armónica está finamente decorado; el puente en el que se atan las cuerdas se sitúa en la parte inferior de la tabla armónica, el fondo es plano, la tabla armónica y el fondo están unidos por las fajas que modelan la forma del instrumento. El mástil está formado por varias partes: el mástil propiamente dicho, el trasteado, formado por una tira de madera dura dividida por barras metálicas, y la pala, algo inclinada hacia atrás, con las clavijas para regular la tensión de las cuerdas.

A propósito de la longitud del trasteado, cabe destacar que a finales del siglo XVIII, éste era aproximadamente 8 ó 9 cms, menor que el actual; ello comportaba, a igualdad de entonación, una menor tensión de las cuerdas y agilizaba la técnica de ejecución de la mano izquierda; sin embargo, por otro lado disminuía sensiblemente el volumen sonoro del instrumento.

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII el estudio de la guitarra se convirtió en un auténtico fenómeno de masas. En Francia, sobre todo a raíz del interés suscitado en los ambientes cortesanos y de la nobleza, se difundieron los primeros métodos para aprender a tocar y se publicaron numerosos estudios y composiciones destinados a los aficionados.

Los principales centros de difusión del interés por la guitarra fueron tres: París, Viena y Londres. Allí se establecieron y actuaron los mayores concertistas de la época, que llevaron la técnica instrumental a cotas muy altas.

En Italia, en cambio, los intereses musicales se concentraron casi exclusivamente en el melodrama; así, los principales instrumentistas se vieron obligados a abandonar su país de origen para buscar fortuna en uno de los países mencionados.

Entre los guitarristas y compositores que destacaron, podemos citar a los italianos: Ferdinando Carulli (Nápoles 1770 - París 1841) y Matteo Carcassi ( Firenze 1792 - París 1853) y el español Dionisio Aguado (Madrid 1774 - Madrid 1849), quienes se establecieron en París; estos además de ser grandes virtuosos, también fueron excelentes maestros.

En Viena, se estableció el italiano Luigi Legnani, autor sobre todo de piezas de virtuosismo. Pero los músicos más importantes que superaron en habilidad compositiva a los autores mencionados son Mauro Giulani (Bisceglie 1781 - Nápoles 1829). Fernando Sor (Barcelona 1778 - París 1839), y Niccolo Paganini (Génova 1782 - Niza 1840).


Fernando Sor (Barcelona 1778 - Paris 1839)


VII.- EL ROMANTICISMO


Los años que van de la mitad del siglo XIX hasta el comienzo del siglo XX fueron sin duda los más difíciles para la guitarra.

El romanticismo fue el período de las grandes pasiones y por lo tanto de las grandes sonoridades. El número de los instrumentos de la orquesta aumentó y se observó que el mejor instrumento que mejor se prestaba para expresar los sentimientos de la época, era sin duda el piano.

Por todo ello nuestro instrumento, que a comienzos del siglo XIX había logrado hallar su propio lugar, en el período romántico dejó de suscitar interés y en cierto modo fue marginado. Esta pérdida de popularidad se debió también a la apertura de una clara brecha entre el músico profesional y el aficionado.

Durante la primera parte del siglo XIX muchos “Luthiers” de diferentes países realizaron modificaciones y mejoras en la forma del instrumento: la tabla, las barras, el puente y el aspecto general. La técnica de construcción de la guitarra se desarrolla y los numerosos métodos editados indican claramente que se inventan o perfeccionan todos los elementos de la técnica moderna.

Pero es en el sur de España que nace la “guitarra moderna”, en la persona del genial constructor Antonio de Torres, quien reunió todos los elementos dispersos existentes analizándolos, recomponiendo así su guitarra ideal. Mucho tiempo antes, los “laúdes”, y “guitarras”, tenían la tendencia de buscar notas graves para enriquecerse en las cuerdas graves con Torres, la 6ª cuerda tiene un sonido grave y sensual; durante más de un siglo los concertistas utilizarán sus guitarras con gran convicción.

En este período se advierte en los compositores un aumento de interés por el aspecto armónico. Los compositores románticos no desdeñaban en absoluto el aspecto melódico, pero buscaban nuevas sonoridades dentro de las armonías que sostienen el canto. Los principales autores y guitarristas del período fueron: Napoleón Coste (Amondans Dans Le Doubs 1805 - París 1883), Giulio Regondi (Ginebra 1822 - Londres 1872) y Johann Kaspar Mertz (Pressburg / Bratislava 1806 - Viena 1856).

VIII.- LOS ALBORES DEL SIGLO XX


Los años que van del 1880 al 1920 aproximadamente, fueron aún confusos, pero prepararon otro período afortunado para la guitarra.

En la época a caballo, entre los siglos XIX y XX, la guitarra clásica vivió un período de auténtica afirmación. El instrumento ya plenamente definido desde el punto de vista formal y técnico también se perfeccionó en cuanto a su expresividad. En este sentido, se resaltarán las cualidades tímbricas, la agilidad de ejecución y la ductibilidad sonora, hasta el punto de interesar a numerosos compositores de varios países.




Francisco Tárrega (1852 - 1909)

En este periodo cabe recordar en especial al español Francisco Tárrega (1852-1909), el cual además de ser concertista, se dedicó a la enseñanza, constituyendo su propia escuela. Algunas de sus obras más conocidas como los preludios y las cuatro mazurcas, reflejan la influencia de los grandes pianistas y compositores románticos, como Schumann y sobre todo Chopín.

Miguel Llobet (1875 - 1938)

Otro guitarrista español digno de mención, es Miguel Llobet (1875-1938), discípulo de Tárrega e ilustre concertista. Su aportación es importante porque prosiguió con las investigaciones tímbricas iniciadas por su maestro hasta componer piezas que pertenecen ya a un nuevo estilo de composición.

Los ideales estéticos románticos, basados sobre todo en las sonoridades grandiosas y en las grandes pasiones, se desvanecieron poco a poco para dar paso a otras corrientes, entre las cuales cabe mencionar el impresionismo y el expresionismo.

Estos dos movimientos dirigieron su atención a detalles como el matiz y el timbre, que constituyen precisamente las peculiaridades de la guitarra.

Otro hecho que sin duda contribuyó al renacimiento del instrumento, fue la aparición en la escena internacional de Andrés Segovia (Linares 1893 – Madrid 1987), el gran concertista del siglo XX, el cual estimuló a numerosos compositores a escribir piezas, creando así un nuevo repertorio.


Andrés Segovia (Linares 1893 - Madrid 1987)

El repertorio de la primera mitad del siglo XX se basó casi en exclusiva en los ideales estéticos del impresionismo y de los movimientos denominados Escuelas Nacionales. Los compositores pertenecientes a esta corriente se inspiraron en la música popular de su tierra de origen para escribir sus piezas. Se suscitó entonces un enorme interés por la guitarra y aparecieron las primeras composiciones de autores universalmente famosos, entre los que cabe recordar a los españoles Manuel De Falla (1876-1946), principal exponente del impresionismo ibérico, Federico Moreno Torroba (1891-1982), Joaquín Turina (1882 – 1949) y Joaquín Rodrigo (1901-1999), autor de numerosos conciertos para guitarra y orquesta entre los que destaca el famoso Concierto de Aranjuez.




Narciso Yépez interpreta Recuerdos del Alhambra de Francisco Tárrega

Mención aparte merece el virtuoso instrumentista paraguayo Agustín Barrios Mangoré (1885 – 1944), considerado el más grande compositor e intérprete de guitarra de Sudamérica. Este célebre concertista contemporáneo de Segovia, viajó por toda América y Europa. Sus composiciones alcanzan el número de 300 y son consideradas por muchos guitarristas, de un alto valor musical.

Entre los italianos destaca Mario Castelnuovo-Tedesco (1895-1968), quien publicó obras como “La Tarantella”,La Sonata” y “El Capricho Diabólico”.

Otros compositores que contribuyeron a engrosar la literatura guitarrística fueron el mexicano Manuel María Ponce (1882-1948) y Heitor Villalobos (1887-1959), aún hoy considerado el principal compositor de Brasil, que a pesar de dedicar algunas obras a Segovia, permaneció algo distanciado de su estética.

La música para guitarra de Villalobos se caracteriza por algunas innovaciones tanto técnicas como estilísticas, en particular observa el uso de cierta percusión, derivada sin duda del repertorio tribal indio. Entre sus obras más difundidas figuran: “La Suite Popular Brasileña”, “Los Cinco Preludios”, “Los Doce Estudios”, “El Choro Nº 1” y “El Concierto Para Guitarra y orquesta”.

En cuanto a la interpretación en concierto del repertorio de principios del siglo XX, es evidente que al estar en gran parte dedicado a Segovia, es marcada la influencia ejercida por éste en cuanto a la estructuración de los programas de concierto.


John Williams interpretando Asturias de Isaac Albéniz



IX.- ÉPOCA CONTEMPORÁNEA


Describir en pocas líneas un período tan complejo como el contemporáneo, es muy difícil. Las experiencias musicales que maduran en estos años son múltiples; cada una de ellas se caracteriza por una poética precisa y por el uso de un lenguaje particular.

A diferencia de la música de inicio del siglo XX en la que predominan dos escuelas: El impresionismo y el expresionismo, ambos movimientos caracterizados por la búsqueda de timbre y matices instrumentales particulares, aunque utilizando técnicas de composición completamente distintas entre sí.

A partir de 1950 aproximadamente, se desarrolló otra tendencia que dio origen a una auténtica vanguardia musical. Los compositores pertenecientes a este movimiento cortaron todos los puentes con el pasado, cambia también la relación entre el público y el autor, ya que por voluntad de este último, las piezas vanguardistas no deben ser necesariamente comprensibles. Por tanto, las obras de este período resultan sumamente difíciles; se caracterizan por innovaciones que a menudo suscitan la hilaridad del oyente; por poner un ejemplo, se componen piezas en las que se prescribe el uso de los objetos más dispares, como vasos y tenedores, para obtener efectos especiales en el instrumento.

Los compositores de música para guitarra de la segunda mitad del siglo XX, frente a estas tendencias reaccionaron de tres formas distintas. Entre los compositores que cabe definir como conservadores, es decir que componían en un estilo más o menos acorde con el utilizado en las décadas anteriores, podemos citar a los ingleses: William Walton (1902-1983), autor de las graciosas “Cinco Bagatelas”, en las que se advierte la influencia de la música ligera, y Lennox Berkeley (1903), autor de una sonatina de un tema con variaciones y de un concierto para guitarra y orquesta.

Entre los mediadores ( aquellos que no se decidieron por una opción precisa y compusieron sus obras con técnicas basadas a veces en una corriente y veces en la otra), figuran el suizo Frank Martín (1890-1974) que compuso en 1933, “Las Cuatro Piezas Breves”, Goffredo Petrassi (1904), el principal representante italiano de esta corriente, autor de “Sonidos Nocturnos” y Nunc.

Hans Werner Hence (1926), compositor alemán, que en 1958 publicó los “Drei Tentos”, en las que realizó un atento estudio a propósito de las posibilidades tímbricas de la guitarra, utilizada incluso en las zonas sobreagudas.

Otra obra maestra de la música contemporánea es el “Nocturnal” Op. 70 del inglés Benjamín Britten (1913-1976).
Esta pieza compuesta en 1963, es una variación sobre una composición de laúd, obra de John Dowland (1563-1626), en la cual el tema principal aparece al cierre en lugar de al comienzo.

Así mismo, Alberto Ginastera (1916-1983), el más ilustre compositor argentino, del siglo XX, compuso La Sonata Op. 47, pieza emblemática de éste período. Esta obra se divide en cuatro tiempos en los que se advierte una intensa influencia del repertorio popular, sobre todo por lo que se refiere al ritmo y al uso de algunos efectos de percusión llamados chasquidos.

La música vanguardista está representada por las dos principales exponentes italianos del movimiento: Bruno Maderna (1920-1973) y Luciano Berio (1925). El primero compuso “Y Después”, para guitarra de 10 cuerdas;el segundo ha dedicado al concertista norteamericano Elliot Fisk la monumental “Secuencia XI”, una pieza de catorce minutos en los que la habilidad y el virtuosismo del intérprete son sometidos a una dura prueba.

En la segunda mitad del siglo XX, además, ha surgido la figura del guitarrista compositor, aunque siempre en segundo plano respecto a todos los nombres de los autores citados.

El guitarrista compositor más importante es el cubano Leo Brouwer (1939), uno de los autores contemporáneos más interpretados. Sus primeras obras se inspiran en las músicas y ritmos de su tierra de origen; más tarde, en torno a 1970, el autor abrazó las temáticas del movimiento vanguardista componiendo piezas de difícil comprensión; en las composiciones más recientes se advierte, en cambio, un regreso al pasado, llevado a cabo mediante una simplificación del lenguaje musical.

Entre las piezas más importantes de Brouwer recordemos “Elogio de la Danza”,La Espiral Eterna” y “El Decamerón Negro”.

Como puede deducirse, al observar los títulos de las obras de este período, desaparece en cierto modo el concepto de forma, dado que la mayoría de los autores escribe piezas de desarrollo libre.




Una moderna interpretación de La Danza Característica de Leo Brouwer por el Esther Steenbergen Trio

En lo referente a su construcción, la evolución de la guitarra, en la época contemporánea no ha sufrido mayor mutación, y ha quedado en las manos de los herederos de Torres cabe mencionar, a: Hermann Hauser (alemania), que durante los años 1920-1930, aporta algunos elementos personales, siendo uno de los luthiers favoritos de Segovia.

Asimismo los monumentales logros de la escuela española se han perpetuado, en las guitarras de Santos, Hernández, Ignacio Fleta, Manuel Contreras y la célebre familia de constructores “Ramírez” más de tres generaciones, dedicadas al arte de la lutería. La tradición del arte de construir guitarras, ha sido respetada y alterada sólo en función al interés de conseguir mejores instrumentos.

La tecnología y la innovación son responsables para la adopción de las cuerdas de nylon en reemplazo de las antiguas cuerdas de tripa. Este hecho en particular revolucionó la ejecución guitarrística, ya que la fuerza y resistencia de las nuevas cuerdas, requieren afinar con menos frecuencia y contribuyen a una sonoridad más plena.


Julian Bream


El auge y proyección actual del arte guitarrístico, es producto de la labor de una rica Pléyade de intérpretes virtuosos, guitarristas como Narciso Yépez (1927 – 1997) o Regino Sainz de la Maza (quien fuera el primero en tocar el Concierto de Aranjuéz de Joaquín Rodrigo), los ingleses Julian Bream ( Londres 1933 - ) Y John Williams (1941 - ) o el venezolano Alirio Díaz, entre otros.

En las últimas décadas la técnica desarrollada por el maestro uruguayo Abel Carlevaro recientemente fallecido (2001) ha dado muchas posibilidades al instrumento, han surgido un inmensurable número de intérpretes de todas las nacionalidades, entre los que sobresalen: Eduardo Fernández (Montevideo 1952), David Russel, Manuel Barrueco (Cuba 1951), Elliot Fisk, Christopher Parkening, Kazumito Yamashita, solo por mencionar algunos.
Al presente, la internacionalización de la guitarra es completa, siendo probablemente el instrumento que más se toca en todo el mundo. Se dice que en el Japón existen más de 6 millones de personas que tocan la guitarra clásica.


Kazuhito Yamashita





EL LAÚD



Durante los siglos XVI y XVII, Europa conoció el auge de una literatura musical para el laúd de enorme importancia en la historia de la música .Esta muy rica en cantidad y calidad, atestigua la difusión y consideración deque gozó este instrumento en aquel tiempo .Con gran habilidad fue utilizado en las piezas cortesanas y en las religiosas, en composiciones polifónicas y en melodías acompañadas, así como para espectáculos de danza y populares.

Es durante este periodo que el laúd tuvo una misión preponderante, no solo porque su uso fue universal y equiparable al del piano en la actualidad, sino porque tuvo gran influencia en la transición del estilo armónico y en el de la melodía acompañada al estilo contrapuntístico. Instrumento usado por los trovadores y los juglares, era el acompañante de las serenatas y el favorito en las cortes y en los salones de las casas nobles.

También se destinó a la orquesta, hasta que a mediados del siglo XVII fue substituido por el violín y el clavecín. Después de una brillantísima carrera, fue el primer instrumento de la especie que desapareció.

El laúd es u instrumento similar a la guitarra en muchos aspectos, En efecto, también es un instrumento de cuerda y punteo y por tanto la sonoridad es similar y la técnica de ejecución es casi la misma ,con la única diferencia de algunos detalles introducidos en la técnica guitarrística de los últimos siglos, incluso el afinamiento y la extensión de octavas fueron, durante un largo periodo, casi idénticos, por estos motivos ,la música compuesta para laúd es fácil de adaptar a la guitarra ,y por lo tanto, si , como hemos visto la literatura del laúd es de gran importancia en la historia de la música ,lo es con mayor motivo para los guitarristas , que son capaces de interpretar esas espléndidas páginas musicales con su instrumento. Por todo ello, resulta muy útil para quienes se interesen por la historia de la guitarra una introducción a las características principales del laúd.


Como hemos visto, es un instrumento de cuerda; siempre fue de madera y a menudo fabricado con técnicas sumamente refinadas y materiales de gran valor .Su característica más peculiar es la forma de caja armónica, ovalada y plana en la parte anterior y ovalada y convexa en la parte posterior.

Esta convexidad se obtiene gracias al ensamblaje de unas varillas de madera perfiladas y pegadas longitudinalmente mediante un procedimiento idéntico al que se utiliza en la actualidad para la fabricación de la caja armónica de la mandolina; el mástil, más corto y ancho que el de la guitarra, esta dividido en trastes (nueve o diez) realizados con hilo de tripa similar al utilizado para las cuerdas con las que esta armado.



Hopkinson Smith interpreta en laúd el Preludio BWV 1006 de J. S. Bach

La afinación varía mucho según las épocas y tipos .Casi en el centro de la tabla armónica, se sitúa una abertura obtenida mediante una finísima talla que reproduce delicados motivos decorativos, y que por ello se denomina rosa. Por último la pala, que es el soporte de las clavijas, las cuales regulan la tensión de las cuerdas, esta considerablemente doblada hacia atrás casi en ángulo recto, con las clavijas de flanco, mango ancho y 9 o 10 trastes, el laúd que como hemos visto fue introducido en Europa por los árabes, se tocaba al principio solo con el plectro y, mas tarde, directamente con los dedos.

Hasta el siglo XVI iba armado generalmente con seis órdenes de cuerdas pero, hacia el final del siglo, la búsqueda de mayor extensión del instrumento, en particular en los sonidos graves, llevó a añadir más pares de cuerdas llamadas bordones. Esto obligó a añadir palas suplementarias y a prolongar el mástil, asimismo, para equilibrar el instrumento en el peso y en el sonido se amplió y modificó también la forma de la caja. Se llegó así a instrumentos nuevos que, según las características predominantes, adoptaron los nombres de laúd, tiorbado, tiorba o guitarrón.

2 comentarios:

  1. ¿Alguien aquí podría remitirme a las fuentes bibliográficas precisas de organología que se utilizaron para escribir este artículo?
    Gracias.

    Aránzazu

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  2. Hola, gracias por comentar en el blog, respecto a tu pregunta:
    Este artículo es un capitulo de una tesis monográfica que escribí sobre el concierto Barroco, por lo que el tema de La guitarra y el Laud , está tratado de forma bastante resumida sin ahondar en demasiados detalles.

    Si deseas más datos y como una introducción al tema puedes consultar esta libro:

    DE AZPIAZU J. La Guitarra y Los Guitarristas. Buenos Aires, Ricordi Americana S.A.E.C. 1961.

    Y si deseas algo mas específico sobre organología puedes consultar la obra de Curt Sachs quien publicó el Real-Lexicon der Musikinstrumente en (1913) y The History of Musical Instruments en (1942) y el Hornbostel-Sachs o Sachs-Hornbostel publicado en 1914,que es un sistema de clasificación de instrumentos musicales.
    Espero que te sirvan los datos.
    Saludos.

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